No sé vosotros, pero yo no me puedo permitir que un año desaparezca de mi vida.
2013 será un “annus horribilis” económicamente hablando, eso lo tenemos asumido, pero dentro de la gravedad, no voy a consentir que este sea un año para no nombrarlo.
Veamos el lado positivo, es difícil lo sé, pero hagamos un esfuerzo: Termina en 13 lo que es fantástico, dejémonos de supersticiones tontas; Son 365 días de la vida que no podemos ni debemos desaprovechar, siempre habrá algo que hacer, por ejemplo: quejarnos, protestar, luchar por nuestros derechos violados.
Igual peco de optimista, pero somos efímeros e insignificantes, por muy arrogantes que parezcamos y muy grandiosos que nos sintamos, estamos de paso y además de una brevedad que asusta. Nos van a joder - ya nos lo advirtieron - y ya que lo van a llevar a la práctica, ¿que mejor manera que devolviendo el favor?
Eso de “Dios nos lo dá y Dios nos lo arrebata” está bien para quien lo crea, yo lo que creo es que la señora Merkel es la que nos lo dá y nos lo arrebata a placer. Quizás sea una de esas mujeres de la que me avergüenza pertenecer a su mismo género. Y no es porque la mujer deba ser “casta y pura” - ¡no, por dios! - pero esta señora no creo que sea conocida de Morfeo, y apuesto que no es por pasar noches de pasión con su marido, más bien por mala conciencia, si la tiene, que esta es otra. ¡Creo que iré al infierno!.
Así que, volviendo a mi interés por no infravalorar este año que comienza, prometo ser buena y asistir a todas las convocatorias donde se solicite mi presencia, a saber: manifestaciones, congregaciones sociales, conferencias de diálogos comunitarios, homenajes colectivos, asambleas benéficas.....A todo.
No quiero hacer un discurso quimérico, por el descontento hacia nuestro mando manipulado desde la vieja europa, pero sí intentar que nuestras fugaces voces ejerzan la fuerza suficiente para decir “No quiero que este año desaparezca”.
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