Mención especial merece la exposición preparada por Francisco Guerrero, que además del importantísimo valor etnográfico expuesto, ha recibido las mejorables críticas por la laboriosidad, pulcritud y delicadeza con la que han sido expuestos una gran cantidad de enseres caseros y aperos de labranza utilizados desde tiempos inmemoriales y que como nota anecdótica ha tenido incluso a su perro, como parte integrante de una escena de trilla "como las de antes" que puede ser observar en las fotografías que acompañan a este artículo.
Los bailes populares, que la organización no pudo conseguir debido a la falta de cantantes "vivos" que pudieran acompañar a los bailaores, tuvo también su nota graciosa al presentarse varios espontáneos que al menos dieron una pincelada de este arte tradicional que se espera pueda ser recuperado en ediciones futuras. Los amigos de la púa, Antonio "Quillito", Paco "El Zurdo", José "Mariolo", y las hermanas Benavides, se arrancaron por fandangos del pueblo en una improvisada y voluntariosa escena de bailes que nos recordó que no hace mucho, teníamos en Zafarraya una panda de bailaores que llegó incluso a participar en los actos de la Copa del Mundo de esquí en Sierra Nevada en el año 1995.
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